Talca, abril de 2020
Estimados socios y socias:
Reciban mis sentimientos de mayor fraternidad en éstas inéditas y poco previsibles circunstancias que estamos viviendo en lo personal, en nuestros emprendimientos, en nuestra familias.
Deseo se encuentren bien de salud junto a vuestras familias.
Estamos viviendo momentos muy duros, con mucha incertidumbre en materia de salud, en lo laboral y, especialmente, respecto a no saber cuándo, y cómo terminara éste contagio que aflige a la Humanidad.
Sin embargo, me anima la certeza que cada una de nosotros tiene la capacidad que pensar en forma positiva y ocupar las herramientas que la Vida nos ha enseñado a usar, y que hemos aplicado positivamente en nuestros proyectos personales, de empresas, en nuestro entorno.
Podemos ser más sabios y efectivos que antes; pues es ya nuestra naturaleza y nuestro quehacer.
Comparto que debemos aplanar –si no hacer desaparecer-‐ tanto la curva de contagio como la curva de la recesión; empero recordemos que al menos en momentos como éste, directamente “las personas importan más que las cosas”.
Antonio Machado, el literato sevillano, nos enseñaba que: “Todo necio confunde valor (dignidad) con precio”.
Por ello, en todos los Estados de la Tierra -‐en menor grado Chile-‐ se han adoptado importantes decisiones económicas, de 10% o 15% del PIB, para créditos, garantías o aportes de capital de largo plazo destinados a salvar empresas de todo tamaño, de modo que puedan mantener a sus trabajadores, y también aportarles directamente a los ya desempleados o trabajadores por cuenta propia. El gobierno chileno aún no supera el 3.0 % en dinero fresco, y el restante 3% consiste en la práctica en préstamos de corto plazo.
“Nunca es triste la Verdad, lo que no tiene es remedio”, dice Serrat. Es simplemente nuestra realidad, y debemos ser activos posibilistas para continuar la Vida nuestra, y la de nuestra comunidad maulina.
Coherentemente, frente a tal trance epidémico e histórico, me asiste la convicción más profunda que podemos flexibilizar nuestras exigencias a nuestros congéneres -‐sean socios, colaboradores o simplemente vecinos en nuestra querida polis-‐ a veces con excesivos trabajos y asistencia virtuales perentorias a nuestras actividades; pues muchos de ellos están ya laborando con cierta presión en sus casas y, además, atendiendo a sus hijos con tele estudios, y ocupándose de la salud de los más vulnerables.
Ergo, nuestras relaciones pueden ser – al decir de la filósofa valenciana, Adela Cortina-‐ “más dialógica, de contención, acompañamiento, más solidarias y fraternales”.
En pocas semanas más, cumpliremos 30 años de Vida. Qué mejor reto u oportunidad que el que actualmente vivimos para continuar bregando también por nuestros ideales en pos de un Maule más prospero.
Y son tiempos también para acompañarnos como socios de nuestra querida Junta de Adelanto y, asimismo, como ciudadanos en ésta resiliente polis llamada Talca, para darle la oportunidad “al ciudadano otro” de expresar lo que está sintiendo, lo que estamos viviendo, lo que unidos anhelamos para el buen mañana que viene.